EL PODER DEL AMOR
EL PODER DEL AMOR
Este día parecía igual que los demás, gris, triste y lleno de soledad; Para este hombre que ya ni recordaba como se llamaba, él ya se había acostumbrado a que todas las personas lo llamaban LEPROSO.
Se le acerca otro que también se llamaba leproso y es su compañero de soledad, ya que ellos tienen que vivir en las afueras de la ciudad, porque están leprosos y la ley decía que debido a que la lepra era sumamente contagiosa, deberían ser echados fuera, teniendo que permanecer alejados de sus parejas, padres, hijos, amigos. No se podían tocar, mucho menos abrazar o besar.
Había ocasiones que ni cruzaba palabra con su compañero, pero este día este le dice, que hay un gran revuelo en la ciudad, porque un hombre llamado JESÚS, el cual sana enfermos, hace milagros, multiplica los panes y además dice que es el Hijo de Dios, va a venir.
Todos los días ellos eran confrontados por el rechazo y el miedo de las personas, por el miedo al contagio, pero cuanto necesitaban el abrazo, el amor y las palabras de cariño de sus seres queridos.
La lepra no tenía cura, empieza con una llaga pequeña, que irá creciendo hasta hacer que la carne se caiga a pedazos. Al igual que los leprosos ha habido situaciones o personas en nuestra vida, que nos han herido, y si esa herida no ha sido sanada, ha avanzado y enfermado más y más mi alma, y en algunos casos esas enfermedades del alma enferman el cuerpo físico. Pero ¿Qué estamos haciendo para sanar? Cuando nos enfermamos físicamente inmediatamente vamos con el doctor. LEPROSO sabía que estaba enfermo, pero quería sanar y al escuchar que JESÚS estaba cerca y que además sanaba y hacía milagros, toma una decisión: ¡Lo iría a buscar! Pero no sería fácil llegar ante El, tendría que meterse a escondidas a la ciudad, pero valía la pena. Invita a su compañero leproso, pero este no acepta, prefiere quedarse así, enfermo.
La multitud era muy grande, pero LEPROSO se fue moviendo, quitó gente, y decide arrastrarse por entre las piernas de las gente, hasta que por fin llega ante JESÚS y se arrodilla y pone su rostro en la tierra, en una señal de profunda humillación( Lucas 5:12) y le dice SEÑOR, SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME.
JESÚS al mirar a este hombre con su rostro deformado por la lepra, su piel desecha, tiene misericordia de el y lo toca y le dice SI QUIERO, SE LIMPIO y al instante la lepra desapareció.
La ley decía que los leprosos no se podían tocar, pero JESÚS al mirar a LEPROSO, no solo mira su exterior, el mira también su alma, un alma seca y con tanta necesidad de sanidad, como la de su cuerpo. No sabemos cuantos años este hombre no recibía una muestra de afecto, de cariño, de amor, de ahí que JESÚS decide tocarlo, en lugar de decir solo la palabra, como en muchas ocasiones lo había hecho.
La lepra se ha erradicado casi por completo, pero ¿Cuántas personas hay enfermas del alma? con la lepra del odio, de resentimiento, de dolor, de soledad, algunos con tanta necesidad de ser amados, valorados y respetados.
El principal alimento del alma es el amor y se dice que hay tres tipos de amor:
1- El amor ágape=Es el amor de Dios
2-El amor eros= Es el amor entre una pareja.
3-El amor filial= Es el amor entre hermanos, amigos, padres, etc.
Los tres tipos de amor son necesarios para tener una vida equilibrada, emocional, mental y espiritualmente, pero el catalizador para que esta reacción se de, es el amor ágape, porque este es el amor incondicional de Dios que derrama en nuestros corazones, ya que toda buena dádiva y todo don perfecto(amor) descienden de lo alto, del padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Santiago1:17
Me ha tocado mirar indigentes, comer de las sobras en los botes de la basura; pero así como ellos se alimentan de basura, hay personas que también se alimentan de basura; Y esto es cuando no se tiene el amor de Dios en los corazones, y se han sufrido pérdidas, de tu dignidad, del amor eros o filial, de dinero, de propiedades, de algún trabajo, o quizás porque nunca se ha tenido alguna de estas cosas. Dice la palabra de Dios Que de la abundancia del corazón, habla la boca, y en muchas ocasiones a nuestros hijos, o a los más cercanos, los alimentamos de basura, de veneno. Personas heridas, personas enfermas, van haciendo círculos viciosos, se juntan con enfermos, crían hijos enfermos y estos hijos enfermos, formaran familias enfermas; Muchos depredadores de la historia, como Hitler o Stalin, fueron victimas de su entorno familiar.
LEPROSO sabía que el primer paso para ser sanado era acercarse a JESÚS, para que él lo sanara; De la misma manera es para nosotros, si queremos ser sanados, debemos de buscar a Dios , porque solo él, tiene el poder para hacerlo, ya que él nos formó, el es nuestro creador y el sabe que área de nuestra vida necesita su toque divino. Mucha gente busca en el lugar o con las personas equivocadas, ningún siquiatra, sicólogo , o incluso brujos, pueden sanar el alma, porque no tienen el poder para hacerlo. De ahí que miramos, cada vez más, tanta gente enferma y esto ha originado índices cada vez más altos de maldad, de suicidios, de muerte, de degradación y de decadencia moral. Dice en Cantares 8:6 PONME COMO UN SELLO SOBRE TU CORAZÓN, COMO UNA MARCA SOBRE TU BRAZO, PORQUE FUERTE, ES COMO LA MUERTE EL AMOR.
La marca habla de PROPIEDAD y creo que cualquiera de los tres sellos puede hacer eso, pero el SELLO es como un escudo en nuestro corazón y ese escudo es el amor y esto nos da, no solo la capacidad, sino la fuerza, para rebotar la basura, el veneno, las pérdidas y los golpes de la vida.
Hay una poesía de Jorge Luis Borges que se llama INSTANTES, donde el autor habla de que está al final de su vida y siente que no la disfrutó, porque al igual que muchos se les va la vida esperando lo espectacular, sin darse cuenta que no vio ni valoró las cosas cotidianas, y que la vida está hecha de instantes de felicidad, PORQUE SINO LO SABES DE ESO ESTÁ HECHA LA VIDA, SOLO DE MOMENTOS, NO TE PIERDAS EL AHORA. Cuando leí esto, vino a mi mente el texto de 1Corintios 2:12 Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, PARA QUE SEPAMOS lo que Dios nos a CONCEDIDO, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino las que enseña el Espíritu ACOMODANDO LO ESPIRITUAL A LO ESPIRITUAL.
JESÚS DIJO QUE LAS PALABRAS QUE EL HABLÓ SON ESPÍRITU Y SON VIDA(Juan 6:63), por eso lo que se debe guardar en el espíritu, es la palabra de Dios; Pero la información integral que hemos recibido y acumulado en el transcurso de nuestra vida, hay que guardarla solo en el intelecto, ya que no se puede hacer coco wash para borrar toda nuestra vida, los buenos y los malos momentos. Pero lo que no debemos de hacer, es guardar en el corazón, las palabras que nos han herido, las situaciones que nos han marcado, las personas que nos han hecho daño, porque esto es lo que duele, hiere y enferma. Ahí en el corazón debemos de guardar o acomodar solo los momentos bellos, hermosos, felices. Y la manera de sacar del corazón lo que ha lastimado y herido, es sustituyéndolo por la palabra de Dios, ya que esta es viva y eficaz, es decir solo ella llega a decirnos que Dios nos ama, que somos valiosos, que somos importantes, que Dios nos perdona todas nuestras faltas, errores y pecados y tiene el poder para dar vida, a lo que esta muerto en nosotros. Solo la palabra de Dios puede partir el alma y el espíritu, es decir que solo ella llega hasta lo más profundo del corazón, ahí donde tenemos guardadas cosas que nos han atado, haciéndonos incapaces de ser felices y de hacer feliz a los que me rodean. Solo la palabra puede discernir los pensamientos y las intenciones del corazón, y nos va a redargüir cuando hay malos pensamientos o malas intenciones, para que no caigamos y hagamos cosas que nos van a denigrar y dañar.
Su palabra nos dice que Dios nos ha amado con amor eterno, por eso el ha prolongado su misericordia sobre nosotros, en esos puntos de nuestra vida que no hemos sido buenos, que fallamos y que quizás hemos dañado a alguien, o a nosotros mismos.
Su palabra nos dice que somos importantes y valiosos, tanto que Dios mandó a su Hijo JESÚS a este mundo y dio su vida en una cruz, para que podamos tener, paz, gozo, protección, sanidad del alma y del cuerpo, vida abundante, pero sobre todas estas cosas, para darnos vida eterna, porque la vida no termina aquí, y de la manera que la vivamos en este mundo dependerá, donde vivamos la eternidad.